martes, septiembre 09, 2008

Mini Gira Por Rosario

Adoquines en tu cielo, nena.

Para no perder la costumbre, y a la espera de la confirmación de los destinos para el 2009, surgió la posibilidad de ir a jugar la XI edición del torneo Gral. San Martín, en el Jockey Club de la Ciudad de Rosario. Además de la motivación futbolística, también se trataba de un viajecito con amigos, y la posibilidad de ver a nuestros primos uruguayos que iban "a jugar"(1) en representación de El Pinar.
De entrada nomás llegamos a Cool Raúl, un hostel con numerosas atracciones, donde luego de ver la final olímpica y el golazo de Di María, nos sirvió de base para la primera salida del fin de semana, así que rumbeamos a Madame.

"El Petiso Orejudo escapando de los reclusos de Ushuaia."


A la mañana siguiente completamos los 11 y nos fuimos rumbo al country a hacernos presentes con toda la furia verde. El primer partido era nada más y nada menos que contra nuestros primos. Pudimos pedir los puntos porque los uruguayos se demoraron 3 horas más de lo previsto, pero impulsados por nuestra caballerosidad deportiva accedimos a jugar por los puntos cuando los charrúas llegaran (de paso dormíamos un ratito más).



"¿Quién es más grande?"



Ahí nos encontramos todos, en medio de árboles y canchas, nosotros con los pantalones cortos, los Arocena de elegante sport. Es que ninguno jugaba, tal vez Lucas si el partido estaba fácil...Tan fácil estuvo que Lucas jugó y metió un gol, no tuvo piedad de un equipo que se regaló en el fondo y nada pudo hacer contra los embates artísticos de un equipo algo más sólido que esa Bomba Muleto. Primer partido entonces abajo por 5 a 0.




"Dos colorados no encuentran explicaciones a lo sucedido (con el partido y con su cabello)."









Algo desmoronados fuimos a hidratarnos, y mirar un poco a las damas de hockey para que nos levantaran el ánimo, pero al poco tiempo nos informaban que debíamos atravesar todo el country para jugar nuestro segundo partido. Se presentaron otros uruguayos y decidimos que era el momento de tomar revancha. A los 8 minutos de empezado el partido, Pato fue a la disputa de una pelota que ganó y de paso se llevó a la rastra la tibia y el peroné de un rival (no era esa la venganza buscada). Ambulancia y pique para seguir el partido. En uno de esos descuidos característicos llegó la apertura del marcador de los rivales. En el entretiempo nos propusimos no hacer papelones y con esa indicación salimos a la segunda etapa. Ahí descubrimos que para lograr algo debíamos bajar nuestras pretensiones. Tanto así fue que en un rebote en la puerta del área, apareció Javier, que con pierna izquierda y emulando a Di María, metió una vaselina perfecta para el empate.




"Javier a punto de definir por encima del arquero."


Desconcierto en el rival y oportunismo de la verde, que a los pocos minutos, en un tiro libre ejecutado por Martín, el arquero se olvidó de poner las manos y gol. Gol argentino.
Último minuto, una pelota confusa y tiro libre en la puerta del área verde. Los rivales sabían que si no llegaba el empate en esa, no llegaba más porque el partido agonizaba. En el arco nuestro, un jugador, Emilio, que no es arquero pero era lo más aproximado a eso que teníamos. Frente a la pelota, un rellenito que debía justificar su presencia en la cancha con una inigualable pegada. Dispara la pelota, y aunque horrible y suave, pasa por encima de la barrera, se dirige al medio del arco zigzagueando de nerviosismo, sin embargo Emilio la recibe, le rebota, éste se arroja y suspendido en el tiempo toma la caprichosa. Volea, pasan unos segundos más y pitazo final. Espontáneamente surge uno de los momentos más inolvidables: entre abrazos y felicitaciones, los hermanos Conte, como movidos por una fuerza externa, levantan en andas a Emilio, quien sale de la cancha envuelto en gloria y a 2 metros y medio del piso.
"Emilio es llevado en andas por Facha, Pato y unos fans de La Mona Jiménez."

La Bomba ganaba 2 a 1, en tierras de Guevara y Olmedo, y comenzaba la noche del sábado a toda orquesta.
De vuelta al hostel, algunos decidimos rememorar la canción de Fito Páez, paradigmática de nuestra gira por México gracias a la interpretación del Facha, "Caminando por Rosario". La nuestra fue una caminata más extraña que la de Fito. Rosario presenta numerosas sorpresas, pero de noche se multiplican. Vimos un edificio pintado en la totalidad de su lateral como un cuadro erótico, de hecho, más erótico que artístico. Pero le cabían las dos adjetivaciones. Luego nos cruzamos en el Monumento a La Bandera con una veintena de niñas vestidas de quinceañeras (y de novias también), fotografiándose en cada rincón del espacio que ocupa el monumento, y luego una polis en desnivel, casi subterránea, semejante a una maqueta de Pekín, y bajando podíamos comprobar que todo era real, en tamaño y material. Subimos varias escaleras, volvimos a bajar, atravesamos pasajes recónditos con inscripciones que daban la vuelta a la manzana (eso sí que son grafittis), hasta que nos juntamos con el resto del equipo en un restaurant de aquella ciudad en bajo nivel, a orillas del Río Paraná.

"El Monumento a La Bandera."


Poco vimos de las olimpíadas, pero para agregarle más rarezas a la noche, mientras comíamos presenciamos en directo el enojo de un luchador cubano que se la agarró contra un juez por un fallo en contra.

Muchas cosas estaban pasando alrededor, por lo que decidimos encarar la salida. Nos comunicamos con los primos y nos dispersamos según los objetivos perseguidos por cada uno. Algunos fuimos a Moore, otros anduvieron de Peña, algunos más visitaron un bar cercano al hostel y los más pequeños no pudieron entrar por ser menores de 21.
Todos sabíamos que al otro día, a las 11 hs, nos esperaba el partido más duro de la zona. Habían derrotado a los dos rivales anteriores y sólo quedábamos nosotros en el camino de estos individuos que hacían valer su localía. El Pinar dependía de nosotros y nosotros dependíamos de un hilo. Tuvimos un primer tiempo mediocre, donde la apertura del marcador de ellos se dio por inercia. En el segundo tiempo cambiamos la actitud, dejamos atrás la noche y el poco descanso y planteamos un partido más interesante, con algunos destellos de fútbol, pero que no fueron suficientes y el 1 a 0 quedó sellado.




"Agus y El Colo posando para el calendario Pirelli 2009."












En cuanto a lo futbolístico, no hicimos lo mejor pero también somos conscientes que la mayor parte de los equipos participantes formaban parte de una infraestructura institucional, ya fuera a través de un Club o un Colegio. Nosotros en ese sentido no tenemos más que nuestra voluntad. Aún así no debemos conformarnos con eso porque con esa voluntad tenemos ya mucho de organización. Por eso seguiremos viajando y seguiremos siendo La Bomba Trashumante.

Luego del último partido, aprovechamos que era apenas el mediodía de un día veraniego, y luego de presenciar el show del Pinar, escuchar el himno prolijamente acompañado de un charango, y proponernos nosotros armar uno en el futuro, encaramos el río, el afamado Caribe Canalla. Con la guitarra y los shorts verdes exhibidos como si viniéramos de una tienda en promoción, nos sentamos en la arena a pasar la tarde entre cervezas heladas, baños fugaces, música y unas bellas damas conseguidas por Andrés, que nos acompañaron en nuestras interpretaciones musicales.


"Un grupo de mujeres espera la llegada de los jugadores de La Bomba"






De a poco fuimos retornando a Buenos Aires, una vez más, seguros de que sabemos vivir las giras, y que aunque en lo deportivo no lleguemos tan lejos, sabemos que el fútbol es una excusa, la mejor de las excusas.

PD: Ahí les van unas imágenes de Rosario bien acompañadas de Fito (ni idea qué es MR).

http://www.youtube.com/watch?v=QejkmLvLT8I&feature=related

(1) El entrecomillado se debe a que el único que jugó fue Lucas, y lo hizo sólo 5 minutos.


"LA BOMBA TRASHUMANTE"